El desafío de mejorarse

Como mejorarse

Como mejorarse y hacerlo con todo tu ser: las claves del crecimiento personal

Mejorarse es un desafío diario:
para lograrlo de verdad tienes que mirar dentro de ti mismo y a la vez hacia los demás, arriba, abajo, delante y también detrás.
A veces incluso tienes que hacer la vista gorda.

Todo eso mientras que en algunas ocasiones te encuentras caminando en un equilibrio inestable, un hilo por encima de tus «debilidades».

Por lo tanto, en tu proceso de cambio, auto mejora y crecimiento personal, no puedes utilizar solo los ojos. Tienes que aprovechar también de la mente, del corazón y de todos los demás sentidos… y no solo!

Sacar partido de todo tu cuerpo, de todo tu ser.

Por ejemplo tienes que utilizar la cabeza:

si, a veces será útil incluso dar un cabezazo contra «alguna pared» para entender lo que te hace daño y que «esa pared» no está hecha de algodón de azúcar sino de hormigón armado.

En algunas ocasiones, el dolor, sobre todo el que llega de forma inesperada, es la única manera que tenemos de abrir los ojos y ver las cosas como realmente son. Para poder prestar más atención la próxima vez.

Tienes que utilizar las manos:

acariciar tu alma y la de los demás, las emociones, los sentimientos. Apretar las motivaciones , golpear los miedos.

Tienes que utilizar la nariz:

oler todos los perfumes de la vida, para reconocer mejor por quién y por qué cosa dejarte atraer y de quien y de qué cosa alejarte, cuando aún están lejos de tu vista.

Comprender a qué tipo de situación (o persona) nos enfrentamos incluso antes de tenerla delante de nuestros ojos es una ventaja extraordinaria. Aprender a oler, metafóricamente, significa por tanto saber manejar un conjunto de sensaciones, experiencias, habilidades e intuiciones.

Tienes que utilizar las piernas:

agacharte, saltar, caminar, correr.. según lo que cada momento requiera para llegar a tu meta disfrutando a tope el camino.

Para poder hacerlo hay que estar en forma. Por eso es importante entrenar cada día la agilidad para saber reconocer las situaciones que se nos presentan y cómo reaccionar, así como entrenar el tiempo de reacción.

El ritmo también es importante: no siempre se puede correr, hay que saber cuándo reducir la velocidad e incluso cuándo parar antes de volver a empezar.

Tienes que utilizar la boca:

besar y sonreír, hablar asertivamente y soplar a las incertidumbres para restarle peso inútil.

La sonrisa debe ser siempre nuestra tarjeta de visita, porque predispone benévolamente a nosotros mismos y a quienes nos ven (¡y es gratis!).

Besar, metafóricamente, significa poner pasión en todo lo que hacemos, dejarnos llevar por el amor y la ilusión.

Además de todo lo descrito anteriormente, a lo mejor tienes que utilizar recursos que aún ni sabes que existen, dentro y fuera de ti, pero que si sabes que encontrarás (o te construirás por tu propia cuenta).

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